Luis Alberto Prieto Barbero
Educador Social
Miembro de FpN de Madrid.
Prologo
No se pretende una explicación sistemática de la experiencia a través de un lenguaje académico, ya sea desde la pedagogía o filosofía; las metodologías ya las conocemos a través de todo lo escrito del programa de M. Lipman, al igual que los objetivos y motivaciones; no vamos a reiterar lo asumido por todos. Este artículo solo pretende mostrar someramente desde el sentimiento, desde la vivencia lo que nos ha supuesto compartir la tarde del miércoles con esta grupo.
Preliminares:
Queremos relatar así esta experiencia, surgida de un intento de construcción de grupo de dialogo filosófico, con gente heterogénea, dispar, sin nexo previo, a partir de una oferta abierta al barrio, cuya única condición era ser mayor de 18 años.
Nace este intento asimismo de la curiosidad y el reto, de la oportunidad de hacer algo entre amigos y la aventura de descubrir, a priori, nuevos horizontes dentro del programa del Lipman.
Se forma grupo después de la segunda tentativa, en locales cedidos por la parroquia San Francisco en Alcalá de Henares.
Se “apuntan” ocho personas, ocho mujeres, funciona el boca a boca y en este momento, más o menos intermitentemente, comparecen los miércoles en torno a quince participantes.
Primeros pasos:
No es un grupo consolidado, fijo y asentado, no vienen todos los días, ni pueden y tampoco es obligado, la dinámica así hay que redundarla para afianzarla; da la sensación de las discusiones no se terminan, el tiempo es corto, y tememos que se aburran y no conseguir los objetivos.
Al ser un grupo disparejo, utilizamos varias normas lingüísticas, craso error, ya que facilitó la confusión.
Comunidad:
A veces el lenguaje resulta tardo e impreciso, muchas veces parece insuficiente para una definición completa y sin fisuras, pero es mas que entendible entre ellas, mucho mas que el rebuscado, sutil y complejo usado a veces por los moderadores.
Se busca la pregunta coherente, pertinente con el relato, cuento o película visionada, esperas hablar sobre los grandes temas de la vida, y ellas lo relacionan con la vida misma, regalándote ramilletes de experiencia y sabiduría, de saber estar y vivir, de haber luchado y luchar. No repiten historias leídas, imaginadas o elucubradas por mentes que fueron o serán, su propia existencia surge a borbotones en el dialogo, como conversación sincera, humilde, abierta y espontánea. Parece que hayan inventado las palabras que usan a su propia medida, la medida de sus valores, de sus vivencias, de sus angustias y esperanzas.
Es curioso, fuimos buscando un grupo heterogéneo, como hemos dicho antes, sin anclajes ideológicos, religiosos, culturales o grupales, de edades diversas, de extracción social múltiple, si fuera posible también cosmopolita. Un grupo fuera de los circuitos escolares, de educación no formal o extraescolar al uso, fuera de ONG´s y nos encontramos con un grupo que también tiene un denominador común muy importante, es un grupo de mujeres supervivientes, un grupo de gente que quiere superarse cada día, un grupo que desde muy diversos ámbitos intenta cambiar el mundo que le rodea.
Mujeres que luchan por la igualdad de oportunidades, por las relaciones de respeto e igualdad, por la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, y la erradicación de la violencia de género. Desde la reflexión y el trabajo quieren conseguir una sociedad mas justa.
Mujeres que luchan por una sociedad mas justa desde sus creencias religiosas, trabajando con enfermos y menos favorecidos.
Mujeres que luchan día a día en sus hogares por ser ellas mismas, por revindicarse como personas, por ser personas dignas.
Mujeres que luchan desde sus puestos de trabajo de maestras por dignificar a la persona, sobre todo a la mujer-persona.
Alguna solo pretende ser persona-social, y lo intenta desde el grupo, estando y escuchando, no aporta, no importa, no sabe aún.
No nos ha extrañado, que de los tres moderadores, se hayan identificado mejor con otra luchadora, Raquel nuestra co-mediadora.
Y todas, no hay hombres, han devenido a la necesidad de “aprender a pensar” como necesidad vital y como medio de potenciar esa lucha.
Ahora si, comprendo más, sus palabras, puro reflejo de su existir, su luchar y su sentir, que radian desde su alma o su conciencia una percepción de la realidad, una visión del mundo, acorde a esa lucha, a esa posibilidad de realización, de superación y de alimentación de esperanza, aderezada con un gusto por lo nuevo, por la aventura y la búsqueda de la felicidad.
Y han arribado todas a este grupo, ¿casualidad? o ¿búsqueda fructuosamente atildada?
Si, tenemos unos mismos objetivos, un mismo fin, unas perspectivas de cambio social a través del cambio personal semejantes, solo les queda un elemento, “el cómo”, y nosotros le ofrecemos el dialogo filosófico como elemento básico de reflexión y reconstrucción de la complejidad de nuestras ideas. Las palabras toman vida y ya no son una prolongación de nosotros mismos, somos nosotros mismos y por ello debemos saber utilizarlas. Primero nos definen, después pueden definir al grupo, son también el resultado de nuestra historia y nuestra interacción más o menos lejana, nuestras palabras son el resultado de nuestra experiencia, son el resultado en fin, de nuestra vida.
Desenlace
Su comunidad es su foro, en muchos temas alejado de las previsiones aprioristas de los moderadores (sobre todo de José Manuel y yo), es su grupo de discusión y sus inclinaciones y afinidades afloran en sus discusiones, mas bien conversaciones como a ellas les gusta llamarlas (la palabra “discusión” tendría una connotación negativa). Es necesario inventar formas de turno de palabra, porque a cada paso surgen discrepancias o semejanzas que quieren participar.
Y es tal la avidez de cambios y aventura en su querer saber, que nos demandan sutilmente innovaciones en la metodología o engarce del dialogo. Así pasamos de Mark a relatos, historias o cuentos; de visualización de cortos a cine-forum; utilizamos también objetos indefinidos cargados de historias personales de cara a la valoración del otro a través de su entorno, el regalo personal, la imaginación no cesa…
Colaboran en la redefinición de la normativa del grupo, horarios, metodología, contenidos, e incluso alguna ya ha ejercido de moderadora, pasos previos a la autogestión de la comunidad de investigación.
Expresan sus pensamientos de manera clara y congruente, a su manera, han adquirido práctica en formular preguntas y reflexionar acerca de ellas, con su lógica, sus preguntas son originales, flexibles y relevantes de cara a sus reflexiones y su pensamiento individual y grupal.
Conclusión
Merece la pena la heterogeneidad del grupo, aporta nuevas líneas de actuación al programa de Lipman. Merece la pena la heterogeneidad de los tres moderadores o mediadores, aprendemos unos de otros, abre mucho el abanico de posibilidades metodológicas y asegura la continuidad el grupo, es difícil que falten los tres en una misma sesión; Y como siempre en estas experiencias merece la pena aprender con ellas y de ellas .