Oscar Brenifier. Nuevos aires.


Ana Isabel García Vázquez

-Si quieres empezamos con una pregunta…formula por ejemplo una pregunta con lo del respeto si tanto te interesa…
-Vale,…¿por qué respetamos a los demás?
-Dirás más bien que por qué los respetas tú
-No, todos
-¿Todo el mundo, sin excepción?¿qué te parece si empezamos por ti?deja de pensar en lo que los demás piensen, ¿o es que eres omnisciente?
-Jajaja, no, vale, venga pues cambio la pregunta: ¿por qué tengo que respetar a los demás?
– ¿Te gusta así la pregunta o hay alguna palabra que querrías cambiar?
-Lo del “tener que” no me va demasiado, mejor querer
-¿Por qué quiero respetar a los demás, esa es la idea?
-Sí
-¿Ya te gusta?
-Me encanta de esa manera
-Bien, pues responde
-Es porque hay que hacerlo, si no esto se convertiría en un desastre
-¿Has respondido a la pregunta?
-No, he dado un rodeo (risitas de tensión)
-Responde…
-Por justicia, si yo no respeto al otro el otro no me respeta a mi. Es como cuando hace unos años estaba con unos amigos, bueno amigos no, eran más bien conocidos, vivían cerca de un colegio donde había estado estudiando, la verdad es que el colegio era durillo pero bueno, salí adelante…me acuerdo de una profesora que fue una repulsiva, estos amigos estuvieron en ese cole también, bueno no todos, y lo que pasó con lo del respeto es que estábamos ahí charlando y entonces uno de ellos empezó a…
-Para, ¡no me cuentes tu vida!, no te pido que pongas un ejemplo, te pido que respondas. ¿Qué pregunta te he hecho?
-Bueno, venía al caso…¿Por qué quiero respetar a los demás?
-¿ Qué me has respondido?
-No me acuerdo, sé que te he puesto un ejemplo
-Pero me has dicho antes del ejemplo algo
-No sé
-¡Si ni tú misma te escuchas!, ¿era importante lo que querías decir?
-Sí, para mi sí que lo era(atisbos de confusión, la cara ya no es tan sonriente)
-¿Y cómo te explicas que hayas hablado durante menos de un minuto y no te acuerdes de la mitad de lo que has dicho?
-Porque no me estaba prestando atención
-Venga, responde y préstate atención, escucha tus palabras
-Bueno…pues que quiero respetar porque quiero que me respeten
-¿Cómo sintetizarías eso que has dicho, con una sola palabra?
-Ah!justicia!!!(alivio considerable, la tensión vuelve a rebajarse, por ahora hemos salvado al ego…)
-¿Por justicia?
-Sí
-Si alguien no respeta al otro entonces no merece ser respetado, ¿no es así?
-Sí que lo merece
-¿Cómo?¿no es contradictorio decir que tú respetas para que te respeten y a la vez no respetas para que te respeten?
-Bueno, visto así, pero eso no era lo que yo quería decir, yo te estaba diciendo…
-Para, obsérvalo
-No, ¡joder Oscar es que pones en mis palabras cosas que yo no he dicho! Eso servía para mi…(el ego ya empieza a quebrarse y antes de su caída comienza con la última batalla, el culpable es siempre el otro que no nos entiende, que se toma al pie de la letra lo que decimos, que nos muestra un espejo desvirtuado de nosotros mismos…)
-A ver, tú dices que una persona si respeta entonces los demás le respetan, ¿no es así?
-No, yo he dicho que yo respeto para que los demás me respeten
-Así que condición necesaria para que te respeten es que respetes…
-Sí
-¿Valdría en líneas generales decir que si uno respeta entonces le respetan?
-Sí, pero no en todos los casos…
-En global Ana…
-En global pues sí creo
-¿Crees o es que sí?
-Creo ¡tampoco estoy en posesión de la verdad!
-Te pregunto por lo que tú piensas no por la verdad en mayúsculas, ¿crees o es que sí?
-Vale, pues sí(la cara de niña enfurruñada era más que evidente)
-Si te gusta lo aceptas, si no pues lo descartamos
-Sí, me gusta, sigue…
-Si uno respeta entonces le respetan, y si no respeta entonces no le tendrían que respetar
-Pero no es así, porque el respeto tiene que estar por encima de eso, ¡no es bajo una condición!, como ahora no me caes bien no te respeto, como no piensas como yo no te respeto, como me has faltado al respeto, me pongo en tu mismo nivel y hago lo mismo que tú y paso de ti, eso tampoco es…(el concepto que parecía tan claro resulta que está lleno de confusión, primero siempre sale esa idea vaga con la que solemos creer que nos desenvolvemos, pero hay que seguir escarbando…en busca de esa idea con la que realmente funcionamos…hay que poner la idea sobre el tapete y someterla a la prueba de la razón…me acaba de dejar k.o.)
-Entonces dejamos a un lado la hipótesis de que respetas por justicia, porque si respetas los demás te respetan y si no respetas a los demás no tienen que respetarte, ¿no es eso?
-Sí, ¡es que eso parece un contrato tío!
-No importa lo que parezca, deja eso a un lado por un momento…
-Vale
-Bien, ¿por qué quieres respetar a los demás?
-Esto jode…me cuesta…
-Inténtalo…
-Porque todo el mundo se merece respeto…
-¿Por qué?¿En qué se basa ese merecer?
-En que todos somos iguales, todos somos seres humanos y tenemos la misma dignidad, el mismo valor…
-Valor, dignidad…
-Sí
-¿Cómo sabes que todos valen lo mismo?
-Hombre no es como en el mercado
-¡Cómo es entonces!
-No es valor exactamente, es dignidad
-¿Qué es la dignidad?
-El valor de las personas, jajajaja
-Jajaja, ¿volvemos al valor?
-Si es que no salgo del nudo tío…
-Piensa…
-Por amor(sensación de tranquilidad, hemos dado con una de las piedras angulares, ¡eureka!)
-Entonces dirías que quieres respetar a los demás por amor, ¿no es así?
-Sí
-¿Y para esto tanto rodeo? Sí que te ha costado ¿eh?, ha sido un bonito parto…
-Ya te digo…
Este es el recuerdo algo desvirtuado de la primera vez que supe la forma de trabajar de Oscar Breniffier y como es claro además experimenté. Detrás de cada una de sus intervenciones hay un motivo pedagógico, una parte de su metodología, casi todo tiene su razón de ser(no diré que todo porque no nos vamos a engañar, que es humano y se equivoca…!menos mal¡): búsqueda de contradicciones, ideas irracionales en entredicho, falacias puestas al descubierto…y todo con la ayuda del partero.
Su forma de trabajar es mucho más directiva de lo que estamos acostumbrados a ver en filosofía para niñ@s, esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Como ventajas estarían que más rápidamente se puede profundizar, que ninguna contradicción es pasada por alto por el ritmo del diálogo, que se presta una atención extremada a cada una de las palabras que salen de cada uno, más que nada porque son un verdadero peligro, que la autoconciencia llega con menor lentitud….Desventajas las hay y bastante evidentes: se puede confundir la directividad con la dictadura, puede intimidar y bloquear a la persona(esto no es tan grave como parece porque uno de los elementos básicos de su metodología es el uso de la risa, lo que hace compensar esa posible intimidación) y al principio o aparentemente puede resultar todo un simple juego de palabras.
Oscar es un imitador de Sócrates, para bien o para mal, en busca de partos continuos, como una puñetera mosca que no te permite descansar hasta que no te miras al espejo, todo un reto para la mente y un ejercicio de reflexión en profundidad.

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