El camino al Nordeste, esperanza de reencuentros, es largo. Cada kilometro saboreado entre amigos, nos acerca más al “lugar pensado para pensar”, para compartir, para abrir nuestros horizontes educativos, al lugar del pensamiento en comunidad.
Girona nos recibe con una luz de agua salada, una luz que busca el mar aún lejano, pero siempre cerca. Una mujer mirando por la ventana vislumbra un azul claro partido en dos por la montaña lejana, hermana de un Dalí que cabalga entre oníricos lienzos, derritiendo relojes en una ciudad detenida en el tiempo.
Nos recibe una ciudad que espera. Desde siempre. Que acoge al que camina despacio, con ojos abiertos, escucha alta y manos al cielo.
Como rito iniciático pasamos por siglos de historia, del ágora al claustro, el trívium y cuatrívium, a la “Facultat de Lletres. Lugar de acogida, lugar de encuentro. Rostros conocidos, rostros nuevos.
Su primera invitación fue a pensar: ¿cuál es el lugar del pensamiento en la educación? ¿Tiene un lugar? ¿Puede existir la educación sin el pensamiento? ¿El pensamiento es en si mismo educación?
Y durante días buscamos lugares comunes, lugares lejanos, lugares cercanos. Lugares que imbrican pensamientos y personas. Lugares que tejen redes de pensamiento. Escuelas olvidadas, de pueblos olvidados, de lugares olvidados. Lugares en el mapa, lugares conocidos, de pensamiento olvidado.
Lugares de experiencias, jardines pensados, escuelas con hechizo, lugares de personas, colegios seducidos, jardines con encanto.
En un lugar de embrujo, Marina Garcés hechizó. Recordó magistralmente el lugar de la filosofía para niños en la educación, un lugar destacado, imprescindible, un lugar que ya nos habían perfilado compañeras mexicanas, colombianas, brasileñas, azorianas e ibéricas, un lugar de colores que se van fundiendo en el blanco, que nos alumbrará hasta el próximo encuentro en Andalucía.
Un lugar de ruido y fuego, espanta los temores de despedida, jóvenes tambores, aúnan pasado y futuro, nos llaman con ritmos frenéticos, aquí estamos, señalan con fuego y luz, no nos movemos.
Y buscamos el lugar, nos han cambiado el retorno,…un lugar con más luz, más abierto, más enREDado.
Gracias compañeras gironinas, compañeras del IREF, gracias a toda la gran familia de Filosofía para Niños, nos vemos en el XXIX Encuentro de Andalucía del 2020.
Luis Alberto Prieto.
Presidente del Centro de Filosofía para Niños (España)
ENCUENTRO GIRONA 2018 RESUMENES Y PRESENTACIONES GIRONA 2018